Las asimetrías mamarias son alteraciones de número, tamaño, forma o situación de una mama con respecto a la otra.

Se evidencian en adolescentes, a partir de su desarrollo a los 12 o 13 años y puede hacer que padezcan complejos que traen aparejados cambios en el carácter, dificultades para relacionarse, aislamiento e incluso cuadros de depresión.

Además debemos considerar los problemas anatómicos por mala postura, ya que al intentar disimular esta diferencia, las adolescentes llevan el brazo hacia adelante, se encorvan y nos enfrentamos a alteraciones en el cuello, hombros y columna que van configurando patologías traumatológicas muy serias a medida que van creciendo.

Las causas de las asimetrías mamarias pueden ser congénitas o adquiridas.

En el caso de las congénitas puede darse que una mama crece normalmente y la otra no pudiendo ser muy evidente o no tanto, pero igualmente la diferencia existe. También existe el síndrome de Poland, cuya característica es que las niñas nacen con una sola mama.

Las asimetrías mamarias adquiridas se presentan por traumatismos, quemaduras, cirugías, infecciones o radiaciones

Los especialistas opinan que la cirugía reparadora para lograr la igualdad de las mamas debe encararse cuando el desarrollo normal se haya cumplido, alrededor de los 18 ó 20 años, ya que si se coloca antes de terminada la etapa de desarrollo la otra mama seguirá creciendo mientras que la mama con el implante no lo hará y volvería a producirse la diferencia mamaria al poco tiempo.

La solución para este tiempo de espera intermedio y para los casos en que no sea posible una cirugía reparadora son las prótesis mamarias externas parciales, que ayudan a equiparar el tamaño de una mama con respecto a la otra y le dan a la adolescente una apariencia óptima, disimula su situación y la ayuda a transitarla de manera plena y sin complejos.